INVERSIONES/PRIVADAS/EXTRANJERAS

Es otra leyenda urbana la que cuenta que deben promoverse las inversiones privadas y si éstas son extranjeras pues mejor. Dicen que es la empresa privada la que ha invertido, la que ha motorizado la producción nacional.

Con la cantidad de divisas que en casi medio siglo han recibido las grandes empresas privadas nacionales y extranjeras, alrededor de US$ 695.026 millones según datos del BCV, lo menos que esperaríamos es que hubiesen aumentado sus inversiones en Venezuela.

No ha sido así, en Venezuela ha sido al revés.

Desde 1970, la inversión privada con respecto al PIB, disminuyó 63%. Entre 1970 y 1998 la caída fue 40%, y para el período 1999-2014, la inversión privada bajó 38%. La formación bruta de capital fijo del sector privado, o sea la inversión privada, pasó del 24% con respecto al PIB en 1977 al 10% en 1998, y al 6% en 2014.

El año 2008 el sector privado recibió del Estado US$ 47.083 millones, una de las mayores asignaciones registradas desde la década de los 70´ y sin embargo, la inversión privada fue una de las más bajas, apenas el 10% del PIB.

Las empresas privadas se han limitado a producir para abastecer mínimamente el mercado interno con un único objetivo, mantener la ilusión óptica de empresas “exitosas” e imprescindibles, que aunque no son de maletín, les permite seguir apropiándose del petróleo de los venezolanos.

Nunca han producido para exportar, no lo necesitan, el Estado (ese que paradójicamente en su discurso neoliberal debe ser mínimo) les ha dado las divisas a tasa preferencial sin que hayan tenido que hacer mayor esfuerzo, el único requisito es tener la empresa registrada, ser un gran monopolio de capital nacional o transnacional, y preferiblemente dedicarse al ramo de bienes muy esenciales (alimentos, maquinarias, repuestos, vehículos, medicamentos).

Las extranjeras

Según datos tomados de la Balanza de Pagos publicada por el BCV, desde la nacionalización de la industria petrolera en 1976 y hasta el año 2018, las inversiones extranjeras privadas suman US$ 57.562 millones. Algo así como el 4,54% con respecto al total de las exportaciones petroleras de Venezuela durante el mismo período. Recordemos además que las exportaciones petroleras representan el 98% de las exportaciones totales y además están a cargo del sector público. En otras palabras, la inversión extranjera privada en Venezuela ha sido históricamente marginal.

Así las cosas, no es cierto que gracias a la inversión extranjera privada los venezolanos hemos podido reactivar nuestra economía y crecer 160% desde 1976.

El cuento se hace menos creíble cuando además observamos en la balanza de pagos que durante el mismo período (1976-2018) las ganancias repatriadas por los inversionistas privados extranjeros suman US$ 125.103 millones. Solo en repatriación salieron 2,2 veces más divisas que las que ingresaron por inversiones.

Por si fuera poco, debemos sumar la cantidad de divisas que a lo largo de estos años han engordado las cuentas bancarias del sector privado en el extranjero. Desde 1997 hasta 2018, según datos del BCV, las monedas y depósitos del sector privado en el extranjero suman US$ 150.458 millones.

Resumiendo el cuento: desde 1976 hasta 2018, mientras las inversiones extranjeras privadas en Venezuela fueron US$ 57.562 millones (el 4,54% de las exportaciones petroleras) los mismos capitales se llevaron, con la figura de la repatriación de sus ganancias, US$ 125.103 millones, o sea más del doble. Pero además la misma burguesía ha engrosado sus cuentas bancarias en el exterior en por lo menos US$ 150.458 millones. Los inversionistas privados extranjeros se han llevado por lo menos US$ 275.561 millones, 4,8 veces más de lo que han “invertido” durante este casi medio siglo.

Esta situación explica, entre otras razones, por qué hoy las reservas internacionales no superan los US$ 10.000 millones a pesar de que históricamente Venezuela siempre ha registrado una balanza de bienes superavitaria, es decir, siempre las exportaciones han sido mayores que las importaciones.

Si sumamos todos los dólares que entre 1976 y 2018 ingresaron a Venezuela por exportaciones y le restamos todos los que egresaron por importaciones obtenemos que debiésemos contar hoy con US$ 555.049 millones. Ya sabemos que de esos casi 560 mil millones de dólares, US$ 125.103 millones fueron repatriados por los inversionistas extranjeros privados que solo han invertido US$ 57,562 millones y otros US$ 150.458 están ganando intereses en paraísos fiscales. Otra parte corresponde a las sobrefacturaciones de las importaciones.

Medio siglo después no hay razones que permitan pensar que cambiará la actitud de los inversionistas extranjeros privados.

Mientras el Estado venezolano mantenga abiertas sus venas y en el marco de un proceso de neo colonización continúe transfiriendo/privatizando los ingresos provenientes de nuestras riquezas naturales, en este caso del petróleo, a un sector privado que ha demostrado ser parasitario y que ha vivido por décadas de la “renta” petrolera, no podremos avanzar hacia un modelo socialista y productivo, mucho menos derrotaremos la guerra económica contra el pueblo venezolano.